Se trata de uno de los juegos de mesa más antiguos del mundo y, sin duda, el más conocido y extendido.

A nivel profesional y de competición es considerado un deporte según el Comité Olímpico Internacional.

El ajedrez, tal y como lo conocemos hoy, surgió en Europa en el siglo XV pero procede del Chaturanga, un antiguo juego Indio muy similar al actual ajedrez pero para 4 jugadores y del que al menos se tiene referencias bibliográficas desde sigo III a.c.

Como es de sobra conocido, jugar al ajedrez desarrolla la inteligencia y las habilidades cognitivas de los niños pero además aumenta las habilidades de concentración, estrategia, cálculo y capacidad de análisis. Del mismo modo, a la vez que el niño está jugando al ajedrez permanece sentado en su sitio por lo que también incrementa su capacidad de atención, responsabilidad y disciplina y, lo más importante, es una actividad que podréis disfrutar padres e hijos juntos incluso cuando él ya sea adulto. Siempre habrá un momento para recordar aquellos maravillosos años con otra partida de ajedrez.

La mayoría de los grandes jugadores del ajedrez presentan unos coeficientes intelectuales altísimos y en muchos casos son capaces de recordar entre 10.000 y 100.000 jugadas de ajedrez. Tal es el potencial del ajedrez que se enseña desde hace años en varios países del mundo y es posible que forme parte del sistema educativo español para el próximo curso.

Es conveniente enseñarles a partir de los 3 años, empezando primeramente por los movimientos básicos de las fichas por separado, para seguidamente explicarle la relación entre ellas y su importancia y posteriormente las primeras jugadas para poco a poco ir aumentando la complejidad de las partidas.

Para concluir, podemos resumir los siguientes beneficios que aportará el juego del ajedrez a nuestro hijo:

-          Desarrollo de la inteligencia y memoria.

-          Aumenta la capacidad de síntesis y análisis.

-          Toma de decisiones y resolución de problemas.

-          Disciplina y responsabilidad.

-          Creatividad.