¿Qué nos dice la pintura de un niño?

Cuando un niño pinta o hace un dibujo lo hará de una forma u otra dependiendo del estado de ánimo en el que se encuentre. Nosotros, como padres, tenemos la responsabilidad de usar todas nuestras armas para ser capaces de descubrir sus inquietudes y ayudarlos si es necesario. Existen algunas pautas que nos ayudan a comprender qué está pasando por la mente de los más pequeños.

Si nuestro hijo pinta presionando muy fuerte el lápiz o el instrumento que esté utilizando, por ejemplo un caballete de madera, hasta llegar a romper el papel puede ser que se sienta nervioso o enfadado por algún motivo y necesite desahogarse. Si, por el contrario, pinta con trazos muy débiles y poco marcados puede ser un síntoma de inseguridad o de que tenga baja autoestima. Sin embargo, si dibuja de forma segura y firme con trazos amplios puede significar que se siente seguro de sí mismo y relajado.

Si los dibujos que hace son pequeñitos esto nos puede indicar que es un niño introvertido. Por el contrario, si dibuja con trazos amplios llenando todo el espacio de dibujo esto puede indicar que es sociable y extrovertido.

Si nuestro hijo pinta con formas curvadas puede ser síntoma de tener un carácter tranquilo y armonioso. Sin embargo, todo lo contrario pasará si dibuja con trazos puntiagudos y angulosos, demostrando así genio e impulsividad.

Algo parecido pasa con los colores que elija para pintar. Si escoge tonos amarillos, naranjas, rosas o verdes puede ser signo de mucha energía. Si escoge colores en tonos rojizos mostrará apatía. Si por el contrario los tonos que elige son marrones, grises, o incluso negro puede ser un indicativo de que está triste.

Por último, si el niño sitúa su dibujo en la parte inferior izquierda de la zona que tiene para pintar puede significar que se sienta pequeño. En cambio, si pinta en el lado superior derecho puede significar que se siente independiente.

 

Beneficios de los juegos para pintar infantiles en el desarrollo de los niños

Pintar o dibujar tiene múltiples beneficios que ayudan en el desarrollo de los más pequeños tanto en el sentido físico como en el emocional.

Para practicar la pintura es necesario mover los brazos, dedos, etc. lo que ayuda a desarrollar las habilidades psicomotoras gruesas y finas, además de mejorar la coordinación de las manos y los ojos. También se consigue tener un mayor conocimiento del espacio y se pueden descubrir diferentes texturas.

Son múltiples los beneficios que se obtienen a nivel emocional. Se refuerza la autoestima del niño al darse cuenta de lo que es capaz de hacer. Además, se desarrolla una mentalidad más creativa e imaginativa y favorece la expresión de los sentimientos. Incluso mejora la concentración, la capacidad de organizar ideas y resolver problemas.

 

“Sueño mis pinturas y luego pinto un sueño”

Vincent Van Gogh